RIESGOS DE LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO

"Internet facilita la información adecuada, en el momento adecuado, para el propósito adecuado".

Bill Gates

Las tecnologías de la información y la comunicación, asociadas a la evolución y desarrollo de la sociedad del conocimiento, han provocado muchos cambios favorables en nuestro cotidiano andar, han reducido nuestros tiempos de espera, han facilitado muchos servicios y han puesto a nuestro alcance posibilidades inimaginadas; como inimaginadas han sido las conductas ilícitas asociadas a dichas “bondades”, para las cuales no nos habíamos preparado, ni nuestras normas legales estaban preparadas para recibir cual vil diluvio. Actualmente muchas personas nos mostramos paranoicas ante ciertos sitios web, mail, mensajes o información que nos llega por medio de los equipos tecnológicos, lo cual se debe a que de una manera u otra, hemos conocido de cientos de miles de estafas y fraudes, cometidos a través de este entorno cibernético.

Por otro lado, es incuestionable el hecho de que la llegada de internet, ha creado un mundo interconectado, donde las fuentes de información y de conocimiento están desjerarquizadas en buena medida, ya que cualquier persona conectada puede incluir sus propias informaciones en el ciberespacio cuando y como quiera, dando lugar a procesos multiplicadores de enorme potencial comunicativo. En tal sentido, los ordenadores, cada vez más avanzados y tecnológicamente poderosos, tienen actualmente la capacidad técnica de copiar y modificar datos, con repercusiones hasta ahora desconocidas para el ámbito social, cultural, académico e incluso político.

No son pocos los conflictos legales que se han ocasionado raíz de la aparición de internet, y más aún, a partir de la revolución de las redes sociales. Son innumerables los casos de estafas, fraudes, plagios, suplantación de identidades, entre otros delitos, que se cubren bajo la cortina invisible del ciberespacio. Una de las conductas más peligrosas es la de la figura del ciberbullying, visto como el acoso entre iguales en el entorno virtual, donde se constituyen conductas inapropiadas como el chantaje, las vejaciones e insultos entre pares, a través del uso de internet, teléfonos móviles, videojuegos, así como otras tecnologías que permitan interacciones sociales.

A través de internet se puede cometer casi cualquier crimen que antes se debía producir físicamente. Desde el punto de vista legal, no existe un perfil concreto de “víctima virtual”, dado que los delincuentes buscan robar al mayor número de personas, hecho que nos vuelve blancos fáciles a todos por igual, de un ataque delictivo en el ciberespacio, sin distinción alguna, volviéndose más difícil perseguir los actos ilícitos. Muchos ciberdelincuentes se han “reinventado” y utilizan nuevos métodos para cometer viejos delitos. Las herramientas ilimitadas que la red pone a disposición de cualquier usuario, permiten que 2 o más personas realicen el trabajo para el que antes se necesitaban 20 ó 30 individuos.

Entonces: ¿No es buena la tecnología?

Tomando en consideración lo hasta aquí expuesto, muchos pueden hacerse esta pregunta. Lo cierto es que no hay que temerle a la tecnología, no son monstruos que devoran la socialización de los ciudadanos de hoy, no son vampiros de tiempo, siempre y cuando sean usadas de manera adecuada y en la exacta dimensión de sus potencialidades como herramientas que facilitan la vida interconectada de hoy. El arma más importante para prevenir los riesgos de la sociedad interconectada de hoy es hacer uso del sentido común, informarse antes de adquirir un producto y tener actualizados los sistemas de seguridad informáticos.

Ciertamente nunca se tendrá la certeza de navegar de una forma totalmente segura, pero la mayor parte de esa seguridad depende del usuario y de los sitios web que visite, de la forma en que nos apropiemos de las “bondades” del ámbito digital y en especial de respetar el espacio personal de terceros, que nos evita infringir normas legales existentes y hacer de ellas nuestro escudo de protección contra los ciberdelincuentes.

Desde el ámbito educativo, la tecnología, internet, los ordenadores, pueden facilitar sin lugar a dudas, condiciones adecuadas para la colaboración eficaz, así como para reforzar la dimensión social de la educación contemporánea.